Si estás pensando en lanzarte a nivel profesional como manicurista, ya sea trabajando desde casa, como autónoma a domicilio, abriendo tu propio espacio o colaborando con algún profesional, desde mi experiencia, yo te diría:

1. Fórmate y entrénate

lo suficiente hasta que estés completamente segura de tí misma y de la calidad de tus servicios. Practica con modelos. Puedes poner algún anuncio en la universidad, en RRSS, tu familia, amigos, entorno… Les pides una contribución mínima de 5-10€ por el material que vas a emplear y te relajas. Yo empecé así, y de verdad, me ayudó mucho por aquel entonces.

2. Estudia tu competencia

Dependiendo de la zona donde vayas a trabajar, el poder adquisitivo del barrio, los precios que ya han establecido los otros competidores y tu tipo de cliente ideal te podrás hacer una idea de cómo está el mercado y cómo podrías entrar en él. Es importante también pensar en qué te vas a diferenciar tú y tus servicios del resto, cuál será tu punto identificador y diferente, qué «plus» les vas a aportar. Se trata de estudiar a los competidores para así poder establecer tu estrategia y plan de acción

3. Calcula bien tus costes, gastos y precio final de tus prestaciones

¿Sabes cuáles van a ser tus gastos fijos? es decir, todos aquellos que tienen una periodicidad y son recurrentes, como por ejemplo la luz, el alquiler, el gestor, el teléfono…etc  Es esencial que sepas cuánto te va a costar cada mes, factures o no.

¿Y los gastos variables? pues como la palabra dice, son aquellos que no son fijos y van a variar en función de varios factores. Por ejemplo, no vas a gastas la misma cantidad de limas si tienes 2 clientes al día que si tienes 5, ¿verdad? pues igual pasa con los esmaltes, los productos de mantenimiento del salón, la gasolina si te desplazas en tu vehículo…etc Puedes calcular en base a un baremo medio de clientes al día, para hacerte una idea y prever ese gasto.

4.Conoce los productos con los que trabajas

    1. Tomate el tiempo necesario para conocerlos bien, no te lances a ciegas por muy buenos que sean. Porque más allá de la calidad, debes saber al dedillo los protocolos, sus particularidades y todo lo que pueda ahorrarte problemas y decepciones para con el cliente.
  1. 5. Define tu cliente ideal

Es importante que establezcas desde el minuto 1 qué tipo de cliente es el que te gustaría atender, cuál es ese cliente ideal que te gustaría llamase a tu puerta. Con poder adquisitivo alto, bajo, exigente, flexible…etc. En función de ello tu vas a elaborar tu plan de acción, tu estrategia, tu carta de servicios, tu manera de hablar, de comunicarte con ese tipo de cliente…en definitiva, tiene que haber coherencia.

6. Sé clara pero dulce, concisa pero sonriente, tajante pero cariñosa

El cliente debe tener claro cuáles son tus precios, suplementos, opciones…¡todo! Tú eres quien establece las reglas del juego, es decir, tus condiciones de venta y prestación desde el principio. Si no eres clara, estás perdida…Así que si estás haciendo una excepción de cobro, de cambio de cita, si hay o no garantía en tus servicios…etc déjalo bien claro y asegúrate de que el mensaje es recibido y entendido. Mejor una conversación por escrito que una llamada que nadie recuerde….

7. No mezcles vida privada con vida profesional

Cuando abrí mi primer salón, muchos de mis clientes se convirtieron en amigas. Hasta aquí nada de malo, sino todo lo contrario. Solo que con algunas me costaba poner barreras y saber decir que no es no. Cada cual tiene su propio carácter y personalidad, se encuentra en un momento de vida determinado y busca cosas diferentes. Si lo que quieres es ser profesional y que te respeten como tal, sin necesidad de encontrarte a veces en situaciones comprometidas, yo te diría que aprendas a poner límites entre tu vida personal y profesional. Por ejemplo: ten un número de contacto solo para el trabajo, no cuentes tu vida personal en detalle, no hables de ciertos temas comprometidos ni te posiciones. Tú estás ahí para hacer un trabajo de precisión y escuchar al cliente, pero no para darle consejos, contarle tus problemas o pedirle su opinión. Y esto es mi forma de ver las cosas según mi experiencia.

8. Crea tu propia página web, una landing conectada a tu IG o TikTok

El que te conozcan, sepan quien eres, cómo eres, lo que haces y cómo lo haces es esencial. A veces tener un perfil de Instagram no es suficiente…y es necesario ir un paso más allá. Una página web no es tan complicado de hacer, una simple landing (página de presentación) es suficiente. Hay programas que te ayudarán a crearla tú misma por un pequeño coste. Canva.com es muy útil y te dará muchas ideas, por ejemplo.

9. Inscríbete al menos en 2 formaciones al año

Seguir formándose es una de las claves de tu futuro éxito. No veas la formación como un gasto sino como una inversión de futuro. Sigue las actualidades y novedades del sector, asiste a congresos, talleres online, webinars y no solo de técnica de manicura sino de marketing, de cómo gestionar mejor tu rrss, de gestión de negocios, de desarrollo personal, de cómo gestionar todo tipo de dificultades…y es que todo, a ayuda.

10. Prepárate para darlo todo y más

Si tu sueño es lanzarte como manicurista profesional, prepárate para darlo todo y no contar las horas. Al final, si lo que quieres es convertir tu pasión en tu profesión, lo harás sin darte cuenta del tiempo que inviertes, aunque a veces puede ser un arma de doble filo. No es fácil, pero es totalmente factible, así que mucho ánimo y que la fuerza te acompañe.

 

Si necesitas ayuda, acompañamiento o tienes alguna duda…ese es mi próximo objetivo 🙂