Cuando Nenha abrió sus puertas hace más de 15 años, lo hicimos con una convicción clara: el cuidado de las uñas es un trabajo técnico, riguroso, artístico y profundamente humano.
Pero también sabíamos que estábamos entrando en un sector donde el oficio se percibía —y en muchos casos aún se percibe— como algo superficial, rápido, poco cualificado.
Hemos pasado 15 años aprendiendo, evolucionando, educando y defendiendo. Hoy queremos contar parte de ese camino. No como una historia heroica, sino como la realidad de un proyecto que cree que hacerse las uñas no es un lujo frívolo, sino un acto de cuidado, salud, estética y respeto por un oficio técnico que merece su lugar.
Nenha nació ofreciendo servicios cuidados, pero convencionales: manicura clásica, pedicura, esmaltes bonitos. Poco a poco fuimos entrando en el mundo de la técnica: manicura rusa, pedicura avanzada, esmaltado nivelado, extensiones estructurales.
Y con cada paso descubrimos algo: cuanto más profesional es el servicio, más educación necesita el cliente.
✔ ¿Por qué tarda más?
✔ ¿Por qué no hacéis manos y pies al mismo tiempo?
✔ ¿Por qué cuesta más que en otros sitios?
Esas preguntas se repiten desde hace años. La diferencia es que ahora sabemos cómo responderlas, cómo explicarlas y cómo formar al cliente para que no solo compare precios o tiempos, sino también técnica, seguridad y calidad del resultado.
En estos 15 años entendimos que no basta con hacer bien el trabajo. Si el cliente no comprende lo que implica una técnica profesional, no sabrá valorarla.
Por eso en Nenha hemos puesto tanto esfuerzo en:
Hoy muchas personas que al principio se sorprendían por la duración o el precio de una manicura, son nuestras mayores defensoras. Porque entendieron la diferencia, la sintieron en sus uñas, y ahora saben elegir con criterio.
Hacerse las uñas no es solo un “lima y pinta”.
Es trabajar con una herramienta viva: la uña. Conocer su estructura, su salud, cómo se comporta con distintos productos. Es dominar la ergonomía del torno, la presión justa, la herramienta adecuada para cada superficie. Es pulso, detalle, precisión milimétrica. Es arte, ciencia y experiencia acumulada.
Por eso, en Nenha hemos luchado desde el inicio para que este trabajo se vea como lo que es: una profesión técnica y artesanal que exige formación continua, especialización y un entorno profesional adecuado.
Una manicura profesional no es solo un buen servicio, es también la forma en que trabaja quien lo ofrece.
Por eso, estos años también han sido un camino de mejora en nuestras condiciones internas. Porque no se puede ofrecer excelencia si se trabaja con presión, con dolor de espalda, sin pausas y sin reconocimiento. Y esa es todavía la realidad de muchas personas en este sector.
Creemos que para dignificar este oficio, hay que cuidar a quienes lo ejercen. Porque este es un trabajo duro, que castiga la vista, la espalda, las cervicales, los brazos, las muñecas… El cuerpo entero se ve exigido durante horas de atención al detalle. Por eso en Nenha apostamos desde hace años por mejorar la calidad de trabajo del equipo:
Nos hemos esforzado por hacer las cosas bien, pero hay aspectos estructurales que siguen siendo un reto enorme:
Y mientras tanto, trabajos igual de minuciosos —como la extensión de pestañas o la micropigmentación— ya han conseguido reconocimiento profesional, precios coherentes y respeto.
¿Por qué las uñas siguen siendo “lo de menos” para tantos?
A menudo se escucha: “50 € por una manicura?”
Pero esa no es la pregunta correcta. La verdadera cuestión es:
¿Qué incluye esa manicura? ¿Cuánto tiempo implica? ¿Qué nivel de técnica se está aplicando?
En Nenha trabajamos con técnicas profesionales, no con servicios exprés. Una manicura puede durar entre 1h30 y 2h, y ese tiempo está completamente dedicado a ti:
Y aquí viene el punto clave:
No estamos cobrando “50 € por una manicura”, estamos cobrando una tarifa proporcional por el tiempo, la técnica y la atención que ese servicio implica. Si una manicura profesional requiere 2h, hablaríamos de 50 €/hora, una tarifa que se correspondería a la de muchos otros servicios técnicos especializados.
Ahora bien, comparemos:
Y aún así, es ese servicio exprés el que parece “barato”.
¿Por qué? Porque seguimos pensando en términos absolutos, no proporcionales. Y obviamente no es una comparación justa. Ni para el cliente, ni para el profesional.
El problema no es el precio, es la percepción. Lo que necesitamos es educar al cliente para que entienda qué está pagando realmente:
Es elegir un espacio donde el tiempo no se mide en minutos, sino en detalle. Es confiar en manos formadas, responsables, comprometidas. Es respetar un oficio que transforma, embellece y protege.
Si has llegado hasta aquí, quizá ya lo intuyes: esto no va solo de estética. Va de respeto, de técnica y de cómo queremos vivir el cuidado.
En Nenha no hacemos solo uñas. Creamos experiencias profesionales desde el conocimiento, el respeto y la pasión.
Educamos, evolucionamos y sostenemos un oficio que amamos.
Y creemos que cada clienta que entra y se deja cuidar como nunca antes, da un paso más hacia una belleza más consciente, más justa y más real.