Esta es la pregunta que a menudo nos solemos hacer, ¿por qué mis uñas no crecen? … impotencia, incomprensión y al final la resignación nos llevan sin remedio a un callejón sin salida. Así que, he pensado que estaría bien daros algunos consejos y contaros algunas de las curiosidades acerca del crecimiento de las uñas.

A nadie se le escapa que hoy en día existen en el mercado productos para casi todo, y las uñas no son menos. Endurecedores, cremas, aceites…etc, pero ¿es siempre necesario que nos compremos algo a toda costa? Con solo comprender algunos puntos básicos acerca del crecimiento de nuestras uñas, evitaremos que nos cuenten milongas y podremos sacar el  máximo partido a esos productos que a veces sí son tan necesarios.

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He aquí algunos de los principales puntos que es bueno conocer y tener en cuenta:

1. Vitaminas: no se deben pasar por alto, ni las vitaminas ni los minerales. La mejor forma de detectar alguna carencia es observar si nuestras uñas y pelo son frágiles, les cuesta crecer, se rompen con facilidad…etc. En caso de dudas, se puede confirmar haciéndonos una analítica. Es importante recordar que tanto nuestras uñas como nuestro pelo son un fiel reflejo de nuestro estado de salud.

2. Circulación sanguínea: podréis comprobar que todas las que sufrís de manos frias, seguramente os quejáis particularmente de que vuestras uñas crecen muy despacio y se rompen mucho. Y es que la mala circulación impide que la sangre llegue correctamente a la zona de la matriz y por tanto el crecimiento de la uña sea más lento. Para ello es tan simple como masajear regularmente la zona de la cutícula. Podéis hacerlo aplicando aceite especial para las cutículas o simplemente la crema de manos que utilicéis regularmente. Este hábito cambiará la vida de vuestras uñas.

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3. Crecimiento estacional: Las uñas crecen más rápido en verano. Esto se debe principalmente al efecto del calor. Durante el invierno y los cambios de estación, las uñas suelen sufrir de sequedad y por tanto deshidratación rompiéndose con mayor facilidad.  Para prevenir este tipo de problemas, podéis utilizar guantes y proporcionarles regularmente baños de aceite tibio. Existen aceites especiales para ello, pero podéis también utilizar algo tan común como el aceite de oliva. Después de dejar vuestros dedos durante varios minutos en el aceite, evitad lavaros las manos y masajead el resto del aceite en la zona de la cutícula y sobre toda la uña, esto activará la circulación sanguínea y el crecimiento.

4. El correcto limado: un error que se comete muy amenudo es utilizar limas de metal y limar excesivamente los lados, justo en la raíz de crecimiento de la uña, o punto de estres. Esto hará que vuestra uña se debilite al crecer y se rompa justo por los laterales. Es importante limar los lados rectos y dejar unos milímetros de margen para dar la forma, independientemente de que queráis darle forma cuadrada o redonda.

5. La forma: un largo excesivo y una forma demasiado en punta puede también ser un reto aunque estén sanas y sean fuertes ya que estos factores exponen las uñas a roturas a menudo dolorosas.

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6. El esmaltado:  la aplicación y tipo de esmalte son elementos clave para que las uñas sean más resistentes y se rompan menos. Es indispensable utilizar siempre una capa base adecuada antes de poner el esmalte de color. Esta base la elegiremos en función de nuestro tipo de uña. Hay en el mercado una amplia gama de bases, para uñas finas y blandas, que se despelan…etc. Es importante apostar por la calidad de un buen esmalte ya que a la larga esto tendrá consecuencias sobre la salud de vuestras uñas.

Siguiendo estos consejos básicos, estoy segura que sabréis dectectar como una profesional las eventuales carencias de vuestras uñas y estar alerta de qué cuidados podéis darles. Nada mejor para lucir orgullosamente vuestras manos y olvidarse de cualquier problema de uñas.

 

 

Photos: Sénev, Nenha